Contractura muscular: síntomas y tratamiento
La contractura muscular es una lesión muy común que puede limitar y entorpecer nuestra actividad diaria, por lo que conviene tratarla apropiadamente.
La contractura muscular suele producirse tras realizar un esfuerzo con un músculo que nos está preparado o acondicionado para ello.
Se trata de una lesión muscular leve que provoca que el músculo permanezca en tensión, es decir, en permanente contracción.
Existen diversos tipos de contracturas según su origen, ya que éstas pueden generarse de diferentes formas.
Por ejemplo, durante un esfuerzo físico, debido a la acumulación de metabolitos, tras un esfuerzo físico, provocadas por la fatiga de las fibras muscular, o tras algún otro tipo de lesión, que son las denominadas contracturas residuales.
A pesar de no ser una lesión muy grave, una contractura muscular puede causarnos muchas molestias y dolores, repercutiendo negativamente en nuestra vida diaria y en nuestra rutina deportiva.
Cómo tratar la contractura muscular
Es importante saber identificarla y seguir el tratamiento más adecuado, pero para evitar confundir una contractura muscular con otro tipo de lesión más grave, conviene acudir a un profesional.
Recuerda que un fisioterapeuta está capacitado para ofrecerte el tratamiento más cómodo y rápido para tu recuperación muscular. A continuación te presentamos los métodos más utilizados para combatir la contractura.
Calor local
Aplicar calor sobre la zona afectada puede ser muy útil para ayudar a relajar el músculo o los grupos musculares, y así conseguir un efecto analgésico.
Baños de contraste
Los baños calientes suelen utilizarse para aliviar estas lesiones, ya que el calor actúa como calmante. Sin embargo, los baños de contraste, en los que se alterna el uso de agua y fría y agua caliente, tienen un efecto vasodilatador, que también ayuda a aliviar la contracción y estimular el flujo sanguíneo.
Masajes
Los masajes son uno de los tratamientos más habituales para combatir la contractura muscular, y además uno de los más eficaces.
El masaje favorece el flujo sanguíneo mejorando así la recuperación y la movilidad del tejido muscular. También ayuda a aliviar el dolor, evitando que se formen adherencias y disminuyendo la acumulación de metabolitos.
Ten en cuenta que estos masajes deben ser proporcionados por un profesional, en caso contrario el problema podría ir a peor.
Miorelajantes y antiinflamatorios
Por supuesto, también existen productos farmacológicos para aliviar la contractura. Estos fármacos ayudan a relajar la musculatura y reducir las contracciones. Eso sí, deben ser prescritos por un médico.
¿Cómo prevenirla?
Para evitar la formación de contractura muscular debe tomarse una serie de medidas que pueden ayudar a proteger la musculatura contra este tipo de lesion.
- Evitar las malas posturas.
- Intentar no mantener la misma postura durante mucho tiempo.
- Realizar estiramientos durante 20 minutos en algún momento del día.
- Realizar calentamientos antes y después de realizar cualquier actividad física.
- Evitar el estrés y dormir suficientes horas de sueño.
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