12 síntomas de la intolerancia al gluten para un diagnóstico precoz
Los síntomas de la intolerancia al gluten son muchos y muy variados. Incluso hay personas celíacas que no llegan a sufrir ninguna de las molestias más comunes relacionadas con esta enfermedad. Por eso es tan difícil detectarla en algunos casos.
Los síntomas de la intolerancia al gluten son muchos y muy variados. Incluso hay personas celíacas que no llegan a sufrir ninguna de las molestias más comunes relacionadas con esta enfermedad. Por eso es tan difícil detectarla en algunos casos.
Síntomas de la intolerancia al gluten según la edad
La lista de síntomas de la intolerancia al gluten es muy larga, pero puede hablarse de que hay un patrón que se repite en función del grupo de edad al que pertenece el paciente.
- En los bebés, la sintomatología empieza a desarrollarse a partir de los 6 meses que, es cuando suele empezar a introducirse el gluten en la dieta como complemento a la leche. Los niños pequeños con intolerancia al gluten sufren de diarrea o estreñimiento continuado, no ganan peso (incluso pueden llegar a perderlo), presentar retraso en el crecimiento, tienen malas digestiones, desarrollan bronquitis repetidas veces y/o les salen sarpullidos en la piel.
- Durante la infancia y adolescencia los pacientes sufren anemia, cansancio sin motivo aparente, tardanza en alcanzar la pubertad y/o retraso en el crecimiento. Además, en las mujeres pueden darse desórdenes en la menstruación.
- Ya en la edad adulta, los síntomas de intolerancia al gluten más comunes son: diarrea grave, dolor de estómago, vómitos, hinchazón, pérdida de peso, dolor en las articulaciones, anemia, osteoporosis, bajos niveles de ácido fólico y vitamina B12, dolores de cabeza, reflujo, depresión y/o ansiedad. En las mujeres, incluso, se han dado casos de infertilidad o abortos.
Aprende a diferenciar los síntomas de la intolerancia al gluten
Una vez dicho esto, conviene conocer los 12 síntomas de la intolerancia al gluten más comunes para que puedas hacer una detección precoz. Por lo general se producen después de haber consumido algún alimento que lleva esta proteína.
1. Trastornos digestivos. Pueden ser exceso de gases, distensión abdominal, diarrea o estreñimiento, dolor abdominal o síndrome del intestino irritable, entre otros. Se puede diferenciar de enfermedades como la gastritis porque el dolor es recurrente.
2. Cansancio constante. A la fatiga crónica se une la debilidad y la dificultad para concentrarse. En este caso la fatiga no está relacionada con el exceso de actividad física.
3. Dolor de cabeza y migrañas. Esto es debido a que esta proteína puede afectar a la función del sistema nervioso de quienes no la toleran. Suelen empezar entre media hora y una hora después de comer.
4. Dolor en las articulaciones. Otra consecuencia es la hinchazón en las articulaciones, sobre todo rodillas y manos.
5. Desequilibrios hormonales. Aquí pueden incluirse desde el síndrome de ovario poliquístico hasta la infertilidad.
6. Piel de gallina (queratosis pilaris o folicular). En este caso las protuberancias son de color rojo y se producen por la escasa absorción de ácidos grasos esenciales y vitamina A.
7. Fibromialgia. Se trata de una afección en la que los pacientes sufren un dolor crónico en músculos y articulaciones sin que aún se sepa muy bien el origen. Un estudio realizado hace algunos años concluyó que puede haber una relación entre fibromialgia y ciertas intolerancias alimentarias, entre ellas la celiaquía.
8. Vértigo y mareos. Los causados por la intolerancia aparece incluso cuando se está bien alimentado y descansado.
10. Sensación de hormigueo.
11. Enfermedades autoinmunes. Entre ellas, colitis ulcerosa, psoriasis, lupus, esclerodermia, artritis reumatoide, tiroiditis de Hashimoto o esclerosis.
12. Problemas de conducta, desde ansiedad a TDAH, pasando por depresión, estrés o irritabilidad.
Una prueba rápida para detectar un posible caso de intolerancia al gluten es contestar “sí” a una o varias de las siguientes preguntas:
- ¿Sufre exceso de gases y barriga hinchada después de comer alimentos como pan, pasta o cerveza?
- ¿Sufre Períodos alternados de diarrea y estreñimiento?
- ¿Sufre mareos o cansancio excesivo después de las comidas?
- ¿Sufre de irritabilidad?
- ¿Sufre de migrañas frecuentes que surgen principalmente después de comer?
- ¿Tiene manchas rojas en la piel que pueden dar comezón?
- ¿Siente un dolor constante en los músculos o en las articulaciones?
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