Cómo limpiar la nariz del bebé: técnicas y consejos
¿Quieres aprender cómo limpiar la nariz del bebé pero no sabes por dónde empezar? Te contamos cómo ayudar a tu pequeño para aliviar las molestias.
Si tu pequeño está resfriado y tiene la nariz llena de mucosidad, seguramente le cueste comer, respirar o incluso dormir. En este sentido, la higiene tiene gran importancia, por lo que te será de gran utilidad saber cómo limpiar la nariz del bebé. No solo para aliviarle las molestias, sino también para prevenir y evitar algunas complicaciones que pueden derivar de ello, como por ejemplo la otitis.
El momento para llevar a cabo esta limpieza no tiene por qué ser uno en concreto, porque si tu bebé tiene la nariz obstruida y no consigue respirar bien (y como consecuencia comer), lo mejor será limpiársela un poco siempre que lo veas necesario. No obstante, hay momentos en los que la mucosidad sale con mayor facilidad y, por lo tanto, puedes aprovechar para limpiar bien la nariz. Este momento es después del baño, cuando el agua caliente y el vapor del agua hayan hecho que los mocos sean un poco más fluidos.
Cómo limpiar la nariz del bebé
Si es la primera vez que te enfrentas a la pregunta de cómo limpiar la nariz del bebé, es posible que no sepas muy bien cómo actuar. Además, ahora que llega la temporada del frío los resfriados o catarros pueden ser de lo más habitual en los pequeños. Pero que no cunda el pánico, porque te damos las herramientas necesarias para que aprendas todo lo que debes saber, y que cuando llegue el momento, te sientas más que preparada.
Suero fisiológico
Comenzamos con el método más recomendado por pediatras para limpiar la nariz del bebé: el suero fisiológico. Puedes adquirirlo en cualquier farmacia y suele presentarse en forma de monodosis, botellas estériles o aerosoles.
El suero actúa ayudando a deshacer y arrastrar los mocos hacia fuera, para que sean expulsados por la nariz y para que el bebé no se los trague.
Si optas por el suero fisiológico en aerosol, te interesarán estos consejos:
- Apoya el aplicador en uno de los orificios de la nariz y haz que el suero entre en ella. La presión no debe ser excesiva, sino limitada y adecuada a la edad del bebé.
- Pon a tu bebé con la cabeza girada hacia un lado, hacia el hombro. El suero debe administrarse en el orificio que queda arriba. Cambia de orificio cuando acabes con el primero.
- No se debe intentar ajustar el aplicador del aerosol al orificio de la nariz del bebé, ya que de esta manera toda la fuerza va directamente a la nariz y un exceso de presión puede hacer que la mucosidad se desplace a los oídos.
- Puedes repetir este proceso tantas veces como quieras.
Si usas las botellas pequeñas de suero individuales, puedes hacer que el suero entre en la nariz gota a gota. Caliéntalo para que tu bebé no se entere de este proceso hasta que el suero o la mucosidad le llegue a la garganta.
Pera de goma
También conocidos como sacamocos. Eran utilizados hace varios años, pero su uso ha ido decayendo con el paso del tiempo, ya que no son muy efectivas y pueden causar daños en el bebé.
Aspiradores nasales
Estos aparatos tienen un tubo de goma con un aplicador final que debe introducirse en la nariz del bebé. Se aspira por el otro extremo del tubo y los mocos quedan alojados en una cápsula intermedia. Se recomienda poner un poco de suero en la nariz del bebé antes de aspirar para ablandar la mucosidad.
¡Consulta cualquier duda con su pediatra!
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