No hay duda de que la leche materna es el mejor alimento para los bebés durante los primeros meses de vida. Les aporta los nutrientes necesarios para su correcto desarrollo (grasas, azúcares en forma de lactosa, proteínas, micronutrientes, etc.) y les proporciona anticuerpos que los protegen de posibles infecciones. Además, es especialmente recomendable para los bebés con riesgo a manifestar alergia a la leche.
Sin embargo, puede ocurrir que tu bebé muestre síntomas de tener alergia a la leche materna. En realidad, no es que tenga alergia a tu leche, sino a algo que tú consumas y que pase a él a través de tu leche.
Por ejemplo, si tu hijo tiene alergia a la leche y tú consumes leche de vaca, las proteínas pueden pasar a través de tu leche y causar una reacción alérgica a tu bebé. En estos casos lo más seguro es que tengas que dejar de beber leche y de comer lácteos.
Causas de la alergia a la leche materna

Debes tener en cuenta que la composición de la leche materna va cambiando a lo largo de la toma y se va adaptando conforme el bebé va creciendo. Pues bien, tu alimentación puede influir en esa composición, ya que todo lo que ingieras pasa a tu leche en un periodo que oscila entre las 2 horas y los 3 días.
Aparte de la leche de vaca, otros alimentos alergénicos muy comunes son el huevo, el maíz, el trigo, algunos pescados, los frutos secos, los frutos rojos, la cebolla, los cítricos y el chocolate.
También es importante recordar que los hijos de padres alérgicos son más propensos a sufrir alergias.
Tratamiento de la alergia a la leche materna
Si sospechas que tu bebé pueda ser alérgico a la leche, debes acudir al pediatra y comentárselo antes de que la situación pueda agravarse. Lo primero que hará será tratar de encontrar la sustancia o alimento que provoca esa reacción alérgica en el pequeño. Para ello, normalmente lo que hace es recomendarte que vayas eliminando los alimentos más alergénicos de uno en uno.
Cuando hayas dado con el causante de la alergia, deberás evitarlo por un tiempo. La mayoría de los niños superan este tipo de alergia a partir de los 2 años.
Síntomas de la alergia a la leche materna

Por regla general, el lactante que tienen alergia a la leche suele presentar una serie de síntomas tras amamantarlo. Estos son los más frecuentes:
- Está muy incómodo.
- Se muestra más irritable que de costumbre.
- No se duerme o los periodos de sueño son muy cortos.
- Está muy llorón.
- Tiene el vientre hinchado.
- Tiene cólicos.
- Notas un cambio inusual del color y consistencia de las heces (con moco, con hebras de sangre o con un olor muy fuerte).
- Vomita a propulsión.
- Regurgita constantemente.
Diferencia entre intolerancia a la lactosa y alergia a la leche materna
Cuestión diferente es que el bebé tenga intolerancia a la lactosa. Esto puede ocurrir en cualquier momento, incluso aunque el bebé se alimente exclusivamente de leche materna. No olvides que la lactosa es un azúcar presente en la leche de todos los mamíferos, incluidas las mujeres. De hecho, la leche materna contiene un 7% de lactosa, un 3% más que la leche de vaca.
Cuando el intestino del niño no produce lactasa suficiente, se produce la intolerancia a la lactosa. El diagnóstico en lactantes suele hacerse a través del pH y otras sustancias presentes en las deposiciones.
También puede ocurrir que se presenten síntomas de intolerancia a la lactosa en bebés que se alimentan exclusivamente de lactancia materna pero que no vacían el pecho en cada toma. Eso ocurre porque en la leche del principio hay mucha lactosa, pero poca lactasa. En estos casos puedes probar a dejar que el bebé mame hasta que vacíe el pecho.